Arte Cartográfico

Ricardo Sarachaga

Ciudad de San José

San José de Mayo se ubica en el centro del departamento de San José, del cual es capital, sobre la cuchilla San José y en la margen derecha de un río también llamado San José. Por orden del virrey Vértiz, en 1783 el teniente de Dragones Eusebio Vidal fundó la villa. Se asentaron en el lugar más de cuarenta familias, de origen principalmente asturiano, que acompañaron al teniente en la misión. Estas familias originalmente habían recibido la misión de poblar la Patagonia, llegaron a Montevideo desde España y de allí marcharon rumbo al sur, pero el clima hizo fracasar la empresa, un año más tarde, nuevamente en Montevideo, fueron convocadas para crear y construir un asentamiento, esta vez la misión si llegó a buen puerto.

Entre abril y mayo de ese mes, y contando con el trabajo de doscientos «indios misioneros», además del trabajo de los colonos, se preparó el terreno, se fijó la plaza principal, se delinearon las calles y se identificaron las aguadas. La construcción más antigua que se mantiene aún en pie es la casa de Santiago Ortuño donde hoy funciona el Museo Departamental, fue construida 23 años después de la fundación de la villa. En 1852 se inauguró un servicio regular de diligencias que mantuvieron la comunicación tanto con pueblos cercanos como con la capital nacional. En 1856, San José de Mayo fue reconocida como ciudad. Y fue en la década de 1970 cuando el tren llegó a la ciudad, lo que potenció el arribo y asentamiento de fuertes corrientes inmigratorias, principalmente de italianos y españoles.

Hasta comienzos de 1900 San José de Mayo fue un nodo ferroviario importante y el nuevo siglo encontró la ciudad adoquinada, con luz eléctrica, con grandes edificios como la Catedral Basílica (cuyos frescos en sus paredes y la Gloria de San José de la cúpula son obras del pintor italiano Lino Dinetto), monumentos patrios en el espacio público y un fuerte dinamismo que se podía ver en la construcción del Teatro Maccio (1912), el Liceo Departamental (1913) o el puente carretero sobre el río San José (1909).

La fotografía se desarrolló tempranamente en San José, en un comienzo con fotógrafos ambulantes alrededor de 1860, y luego, a fines del siglo, se instalaron diferentes negocios del ramo, como La Fotografía Nacional de Juan Chabalgoity e hijos, o La Fotografía Artística de Juan Chanfrau. A comienzos de siglo se destacó en este campo Odesa Lagazeta, una de las primeras fotoperiodistas del país. Actualmente se desarrolla de forma bienal el Festival Internacional de Fotografía San José Foto, manteniendo así el fuerte peso de este arte en la ciudad.

El resto de las artes visuales también han tenido una rica historia y un presente no menos importante, con exponentes de la talla del maestro Hugo Nantes, Nelson Romero o el escultor Hebert Riguetti. Las letras por su parte han estado representadas por artistas como Francisco Paco Espínola, Pedro Peña, Wenceslao Varela, entre otros, y qué decir de la música, desde el tango de Francisco Canaro hasta el rap de AFC, pasando por el folclorista Sebastián Amaro, o la también tanguera Malena Muyala. San José ha sido y es una ciudad de artistas.

San José

Ricardo Sarachaga. Comienza su actividad como ilustrador de forma autodidacta. Su niñez estuvo fuertemente influida por la historieta y el cómic. Mucho más tarde, probablemente determinado por su paso por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, deviene en artista plástico. En 2019 realizó su primera muestra, en la Terminal de Young. Un año más tarde fue invitado a una muestra individual en el Museo Solari de Fray Bentos, Río Negro. A partir de entonces continua en la producción de cuadros e ilustraciones en diversas técnicas y formatos: acuarelas, óleos y pasteles sobre tela y papel. En su temática de la ciudad y la figura humana irrumpen frecuentes paquidermos, bailarinas y animales mitológicos, en un aparente caos organizado.

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Audio Ricardo Sarachaga 

 

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