Gastón Chavát
Originalmente la zona que hoy ocupa la ciudad era habitada por minuanes, yaros y charrúas. Tras la introducción del ganado, se desarrolló el comercio entre estos pueblos originarios y los portugueses, hasta que los primeros fueron desplazados tras la batalla del Yi (1702). La riqueza de las manadas de ganado salvaje atrajo troperos y faeneros de Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires. En el año 1773, se estableció un pequeño rancherío dedicado a la extracción de cueros, es el primer poblado del que se tienen escritos. Popularmente se dice que Durazno fue fundada por los «huérfanos de la patria» porque su origen remite a la necesidad de dar protección a las familias criollas que allí habitaban, muchas de las cuales terminan mudándose en 1821 alrededor del baluarte defensivo que Fructuoso Rivera construyó y que buscaba ordenar y proteger la región.
Su ubicación central en relación al resto del país, la producción ganadera y las tierras fértiles que rodean el lugar donde se levanta le dieron ventajas a Durazno que la llevaron a crecer y a ser considerada ciudad desde 1906.
El cruce del Río Yi está asegurado por dos grandes puentes, que hacen de Durazno un nodo logístico importante. El reciente tren central, así como el Aeropuerto Internacional de Santa Bernardina no hacen más que subrayar esta característica.
La ciudad cuenta con una gran muestra de arquitectura de influencia europea de principios del siglo XX, con un buen grado de conservación, y con obras como la Iglesia de San Pedro de Durazno, rediseñada por Eladio Dieste (el edificio original sufrió un incendio en 1967 que derribó su techo) utilizando la técnica constructiva que lo caracteriza, de cerámica armada sustituyendo así la necesidad de usar columnas y agregando un rosetón en su fachada, constituido por cinco «anillos» concéntricos de ladrillo visto en un hexágono irregular que además de su función estructural genera un símbolo único y por ende reconocible.
La relación de la ciudad con la naturaleza es también muy importante, por un lado, por el siempre presente peligro de inundación, pero por otro por los bosques nativos que pueblan los márgenes del río Yi o el Parque de la Hispanidad, donde los duraznenses pueden sumergirse en el verde a pocos pasos de la ciudad.
Durazno también se ha caracterizado por su historia con la música y particularmente los festivales. Desde los años setenta del siglo XX se desarrolla un festival de folclore conocido como Todo el Uruguay Canta en Durazno del que participan músicos nacionales e internacionales, en el que han tocado figuras como Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, León Gieco y Ruben Rada, entre otros. A partir del 2003 y hasta el 2010 se realizó un festival de rock icónico y fermental para la música nacional, el Pilsen Rock, luego conocido como Durazno Rock. Su impacto en la cultura popular y la revolución musical que representó se mantienen hasta nuestros días. También son muy conocidas las Llamadas de Durazno, las primeras llamadas realizadas en el interior, una verdadera fiesta del candombe en el centro del país.
Gastón Chavát. Se formó como diseñador industrial. Se desarrolla particularmente en diseño textil y gráfico, ilustración aplicada, pintura y cerámica. Su trabajo está impregnado de idiosincrasia y oportunidad uruguayas, tomando y resignificando conceptos como la fauna y la flora, mitos, leyendas y costumbres o a la misma construcción de la identidad nacional. Acompañan a todo esto explosiones de color con detalles.